Seguramente, porque amaba la vida, se esforzó en vivir mucho. Y lo logró. Gozó hasta los 91 años. Por eso decía: “Lleva tiempo llegar a ser joven”. Llegó muy lejos en el siglo XX, quizás porque “yo hago lo imposible, porque lo posible lo hace cualquiera”. Pero mucho antes, posiblemente en su Málaga natal o en la Barcelona de su adolescencia, se había propuesto llegar a ser, tal vez el mayor desafío del hombre: “Cuando era pequeño mi madre me decía: si te haces soldado, llegarás a general; si te haces cura, llegarás a Papa. Yo quería ser pintor y he llegado a Picasso”. Su obra y su nombre quedaron detenidos en el tiempo del arte, mucho antes de que cerrara sus ojos el 8 de abril 1973.

Desembarcó ayer, en el Museo Timoteo Navarro, “El lenguaje gráfico de Picasso”, una exposición que reúne más de 120 litografías, linografías y aguafuertes del notable artista. Las obras realizadas entre 1940 y 1960, pertenecen a coleccionistas argentinos del grupo Ví+Arte. Podrán apreciarse trabajos de la serie “Toro y toreros”, los “Homenajes” de su etapa parisina; litografías del Período Rosa, que retrata arlequines, acróbatas y saltimbanquis; la serie de “El pintor y las modelos” que representa su vida amorosa y pasional, y 20 grabados eróticos de la “Suite de 347”.

Otro de los atractivos de esta exposición, que vino a Tucumán por iniciativa de la Universidad Nacional de Tucumán, con el aporte de la Provincia, es el “Taller de arte reciclado Pablo Picasso”, donde los niños que vayan a la muestra podrán trabajar inspirándose en la obra del malagueño. Se podrán ver libros (habrá textos en Braille), postales históricas y se proyectará material audiovisual que incluya charlas didácticas a cargo de expertos, y habrá actividades interactivas para el público y estudiantes.

Este loable esfuerzo que marcha un hecho cultural saliente en materia de artes plásticas es parecido al que tuvo lugar el año pasado, cuando en el Museo Timoteo Navarro se exhibieron más de 50 serigrafías, litografías y aguafuertes de Joan Miró (1893-1983), pintor catalán, uno de los notables representantes del surrealismo. La muestra El jardín de las maravillas” había sido organizada por el Ente Cultural conjuntamente con el Ateneo de la Militancia y el Viceconsulado de España,

Estas propuestas de grandes figuras de las artes plásticas de todos los tiempos, pese a que no están integradas por las obras famosas que se cotizan a millones de euros, ponen al alcance de los tucumanos obras originales que sólo pueden verse en grandes museos del mundo o en colecciones particulares de difícil acceso para el gran público de estas latitudes. Una cosa es ver una fotografía de un cuadro en un libro y otra es apreciar el original.

Es una gran oportunidad también para que los docentes y sus alumnos de todos los establecimientos educativos se familiaricen con los trabajos de este gran artista del siglo XX, así como sería positivo que despertara el interés por ver otras exposiciones, en particular de maestros tucumanos de la pintura, para familiarizarse con nuestros hacedores de arte. La exposición permanecerá abierta hasta el 28 de agosto y la entrada es gratuita, de manera que no hay excusa para no visitar la muestra de este español notable que decía, entre otras cosas: “Un pintor es un hombre que pinta lo que vende. Un artista, en cambio, es un hombre que vende lo que pinta... el arte es una mentira que nos acerca a la verdad”.